Si consideramos el vino como elemento básico de nuestra dieta y esto se cumple en muchas culturas, el proceso de “casar” , metafóricamente hablando, cualquier alimento con un vino, estamos maridando (o podemos emplear otros sinónimos) este vino con el correspondiente alimento con objeto de realzar el placer de comer y beber.
Detrás del maridaje hay ciertos elementos (textura, sabor,……) que están en los alimentos y que reaccionan de distintas formas al combinarse. Encontrar esta combinación nos ayudará a sentir una sensación (experiencia) más placentera.
Creamos sensaciones nuevas, con el vino y con los alimentos. El maridaje debe de sugerir afinidades y complementos
Según el prestigioso critico y periodista vinícola , Enrique Calduch, para disfrutar de un buen vino no estaría de mas conocer alguna característica del mismo. Tiene su lógica. Las emociones funcionan por contraste.
Y ademas nos va a permitir disfrutar de los placeres que , sin duda, nos va a proporcionar beber un buen vino, comer un buen queso o aliñar una ensalada con el mejor aceite.