Maridaje, Varios

lunes, 31 de agosto de 2015

Buenaventura Durruti ( Un personaje mítico del anarquismo español )



Buenaventura Durruti (1896-1936)

Un personaje mítico (nunca mejor empleado el término) del anarquismo español.

Ya desde su infancia y adolescencia en León, donde nació ,  y luego a través de su azarosa vida hasta su controvertida muerte en 1936 en el frente de la Ciudad Universitaria de Madrid  durante la Guerra Civil, Buenaventura Durruti es el ejemplo de una forma de ver  la vida, diríamos de ser.

En una carta a su hermana Rosa le comenta sus sensaciones desde el principio de su toma de conciencia: “Desde mi más tierna edad, lo primero que vi a mi alrededor fue el sufrimiento, no solo de nuestra familia sino también de la de nuestros vecinos. Por intuición, yo ya era un rebelde. Creo que entonces se decidió mi destino”



La explosión de ideas, de acontecimientos, de movimientos políticos que ,con el comienzo del siglo XX ,impregnaron en la mayoría de las sociedades europeas de unas inquietudes que desbordaron a sus integrantes y las empujaron a unos acontecimientos que cambiaron definitivamente la faz del mundo tal como se conocía .Buenaventura Durruti se empapó de influencias políticas y sociales e interpretó radicalmente las inquietudes que movieron a multitud de personas a romper con la tradición y crear un mundo nuevo.


A lo largo de una vida muy intensa; falleció con cuarenta años; fue un decidido partidario  de la política de la acción directa. Llegó a estar reclamado por la justicia de tres países, España, Argentina y Chile e involucrado en multitud de acciones “revolucionarias”, entre las que destacan el asesinato del cardenal arzobispo de Zaragoza, Juan Soldevilla  y Romero, el intento de atentado contra Alfonso XIII, en una visita a Paris, en 1924, el asesinato del gobernador de Vizcaya teniente coronel José Reguerol y también del atentado que acabó con la vida del presidente del gobierno Eduardo Dato.

 Hombre de profundas convicciones revolucionarias, solo una revolución proletaria debía transformar al hombre despertando, en él, el sentido de la responsabilidad. Quería hacer comprender que la revolución era un asunto de todos.

Cuando estalló el golpe militar, los Anarquistas, muy organizados en Cataluña, hicieron frente a los sublevados y se trasladaron rápidamente al frente de Aragón donde lograron recuperar  el terreno perdido en los primeros compases de la Guerra Civil. Durruti y su famosa columna del mismo nombre propiciaron en las zonas que controlaban que se pudiera poner en ejecución muchas de las ideas anarquistas. Las colectividades agrícolas comenzaban a funcionar apenas la columna realizaba una conquista. La colectivización aragonesa llegó a abarcar más del 70 por 100 de la población de aquella región. El número de colectividades era de 450 y la adhesión a este tipo de explotación comunal de la tierra era totalmente voluntaria.

En su seguramente más completa biografía, Abel Paz, hace un resumen definitorio de su vida:
“Durruti vivió la mayor parte de su existencia en la clandestinidad. Su militancia había sido siempre una trayectoria discutida; enemigo del orden  burgués;  Durruti no podía ser otra cosa para ese orden que un bandido; sin embargo, entregado en cuerpo y alma a la revolución pues para los revolucionarios Durruti era un personaje especialmente dotado.”

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